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Periodismo y narración gráfica

Por Sonia Marcela Naranjo Morales

sm.naranjo44@uniandes.edu.co

Aunque el común de la gente crea corrientemente que la relación entre la narración gráfica y el periodismo se institucionalizó el día en que a Art Spielgelmann le dieron en 1992 el premio Pulitzer por su novela gráfica Maus (Spielgelmann, 1986), lo cierto es que muestra de una tradición más antigua. Fue la primera novela gráfica en la que se puso sobre el mapa el uso de la narración gráfica para temas complejos como el holocausto, pero también fue la que puso de relieve el hecho de que los medios gráficos, junto con las herramientas clásicas del periodismo, pueden expresar asuntos gruesos como la guerra, el genocidio y la violencia.

 Sin embargo, desde sus orígenes, el periodismo se apoyó en lo gráfico. En el principio fue la ilustración para luego pasar a usar la fotografía. En ese sentido, el uso del lenguaje secuencial de la narración gráfica en el ámbito del periodismo es una herramienta de la que se valen numerosos medios en tanto se constituye como el realizar una historia a partir de una secuencia de imágenes y texto.

Es importante reconocer que el trabajo periodístico usando esta forma de narración se vale abiertamente de los pilares de la objetividad, la ecuanimidad y la ética en la medida en que este se usa como medio de denuncia. Es así como el dibujo fractura la forma de comunicar y permite dar rienda suelta a lo que se quiere expresar. Permite ir más allá de lo que plasma un momento, como lo hizo Pieter Brueghel o Francisco de Goya en sus retratos de las guerras de sus épocas.

El reportero dibujante

En esta misma tradición de colaboración entre la imagen y el periodismo debe inscribirse a Joe Sacco. Aunque es un periodista graduado, se autodenomina “dibujante”, pues considera que esto amplía sus posibilidades de comunicarse. Para él, todo el asunto radica en dar luz y mostrar la verdad. La manera que tiene Sacco de retratar realidades que siente y observa se basa en sus dos pasiones: la narración gráfica y el periodismo. Esta conexión, fundamental en la comprensión de su obra, guarda la objetividad e imparcialidad del periodismo y el poder expresivo del cómic.

Parece que la regla de trabajo de Sacco es la noción de no editorializar las historias que retrata. La intención debe ser la raíz del desarrollo de cualquier trabajo periodístico. Lo interesante es analizar hasta qué punto este tipo de retrato de la realidad es informativo y si existe de alguna manera un sesgo. Pese a que ahora lo niegue, Sacco es riguroso con la manera de capturar los testimonios de los sitios que visita. Se encamina en un contexto y una investigación de tipo documental. Se podría decir que es un periodista alternativo, como lo considera Pablo Guerra, estudioso de la narración gráfica y autor de la Biblia Shock del Cómic (Guerra, 2005).

En el caso de su libro Palestina: en la franja de Gaza (Sacco, 2001), Sacco parte en solitario y sin indicación de un medio para hacer su labor como cronista. Sin embargo, su labor ha de verse de alguna forma influenciada al ser patrocinado por grandes medios como el New York Times o The Guardian. ¿Acaso perdió libertad? Esto es algo en lo que se debe pensar por un momento. Sacco usa el dibujo como estrategia para dar su mensaje y puede dar giros narrativos que quedan opacados meramente con el uso de texto o fotografía. El dibujarse le permite desdibujarse, darle más transcendencia a los hechos que podrían ser imperceptibles en la realidad.

Se puede aceptar que la subjetividad es objetiva desde del compromiso del periodista por proyectar la verdad de la situación sobre la que informa. Por lo que la precisión de las fuentes que cite son las que soportarán su efectividad investigativa. Y lo cierto ante todo aspecto, sea cual sea el medio de comunicar, es que sobre la ética no se negocia.

Es así que se puede afirmar que los hechos y la subjetividad no se excluyen mutuamente, pues el periodista comprometido con su labor luchará por mantener la verdad por sobre todo. El foco, por lo tanto, no es el que cuenta la historia, sino la gente y eso es lo que hace un buen periodista. De allí que la clave de un buen uso de la narración gráfica es mantenerse siempre unido a los parámetros propios de la investigación periodística. En este escenario de ética periodística, el dibujo permite evidenciar imágenes más controversiales y que podrían herir susceptibilidades, pero que de la mano de la noticia se pueden poner a la vista de más gente.

Retratando la memoria

Pero Sacco es solo la golondrina que hace verano. Jesús Cossio, dibujante peruano, explora en su libro Barbarie (Cossio, 2010) alternativas en esa misma vía. Su diferencia radica en el tratamiento de las fuentes y esta parece ser la gran diferencia con Sacco. Mientras Sacco vive en carne propia lo que trata y procurando a toda costa la neutralidad de los eventos, Cossio se vale de informes y trata de dar un "trato justo" de las circunstancias.

En general se debe analizar el uso e intención al momento de usar las fuentes y considerar si se mantiene la neutralidad en cuanto la forma de contar los hechos. La narración gráfica podría entenderse como un tipo de diálogo que brinda la posibilidad de un acercamiento más sincero con los lectores y la información periodística y que permite la exposición de temas más complejos como los propios de la no ficción, eso es, la vida misma.

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